lunes, 4 de junio de 2012
Tengo estas increibles ganas de besarte, de decirte lo mucho que te
quiero, que te quiero más que como amigo. Y se me quedan las palabras
atragantadas, la lengua se me traba y dice todo menos lo que tiene que
decir. Mis ojos, atolondrados, que miran tu boca y quieren comersela
como hambrientos. Este corazón, bastante mortificado que sólo quiere ser
cuidado una vez al menos. Quiero escucharte decirlo, deseo que me mires
y me digas que te pasa lo mismo, que en el fondo, podrías mirarme con
otra mirada. Me abrazas y creo que me podría llegar a derretir. Me
alejo, porque no soporto verte y no tenerte, abrazarte y no besarte,
darte la mano para tener que dejarte ir. Y espero, un día encontarte en
el umbral de mi departamento y que te encuentres con esa mujer que
esperas ver, con esa mujer de la que podrías llegar a enamorarte.