Estaba leyendo en mi cama, adoro levantarme tarde y agarrar el libro que dejo a la noche en la mesa de luz y proseguir con la lectura, no me gasto ni siquiera en desayunar ni en salir de mi habitación para ver que todo esté en orden, los fines de semana me gusta internarme en mí misma y no salir de allí, de mi escondite más preciado y de mayor seguridad. Nadie puede herirme acá. Entonces tocaron mi puerta, fruncí el ceño. No quedé con nadie hoy. Me avisaron que había tres amigos esperándome afuera, extrañada, me cambie con rapidez y los recibí. Los conozco de casi toda mi vida asi que no me costó tender conversación con ellos. Estaban haciendo un proyecto de no sé muy bien qué y querían que formase parte. Me tomaron una foto donde salgo con mi blusa y el pelo suelto. Me veo natural. La apruebo y me preguntan de la nada "¿cómo te ves, o que quieres llegar a ser de acá los 30 años?". Mierda. Son las 13:30 del mediodía, no me he despertado hace mucho, por qué me vienen con preguntas profundas. Suelto un suspiro. No sé. Me tienen un papel y me piden que lo escribe. Nada sale de a mi mente, estoy completamente desconcertada, no esperaba eso. Escribí algo cauto, que pretendía no decir nada pero contaba mucho de mi "encontrar el camino para poder ser felíz y preservar las fuerzas para enfrentar las dificultades que la vida me pueda presentar". Finalmente, se fueron felices con su tarea realizada y me dejaron pensando si realmente me veía dentro 30 años, respirando o feliz.