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Yo amo, Japan

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domingo, 13 de mayo de 2018

No son tiempo de soñodores o quizás nunca lo fue; ni será



Al final del día, te das cuenta que estas sola. Que naciste para vivir tus días independientemente de todos los demás. Sin importar cuanto quieras compartir con la gente que te rodea, a ellos les da igual ir o no ir a cualquier lugar en tu compañía. Deseas que alguien quisiera vivir como tú quieres hacerlo, querer viajar  con alguien, disfrutar de los momentos y de las oportunidades, de la plata que se tiene, de los días que respiramos sin pensar en que día dejaremos de hacerlo. Estas en este mundo sola, queriendo vivir, desviviéndote por toda esa gente que no quiere sonreír a tu lado porque elige no hacerlo. Entiendes, que entonces no queda más alternativa que realizar tu vida a tu forma, sola, como viniste al mundo, llorando, sin saber mucho sobre la esencia del mundo. Te preguntas, que haces donde estas, rodeada de toda esa gente avara, deseando siempre más días, más plata, más trabajo, más tiempo, más excusas. Simplemente, no perteneces a ese lugar. No eres parte de ellos. Eres solo una moneda mal impresa. Eres el error de la verdad. Agarras tus maletas, compras tus pasajes y recorres el mundo, en busca de un lugar al que puedas llamar hogar. Decides ir en busca de la felicidad o algo, que te lleve a querer seguir viviendo así.