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Yo amo, Japan

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sábado, 14 de enero de 2012

Mamá siempre hace lo que quiere. Se mueve en su vida como si fuese una pendeja de mi edad y los 40 y tantos ya le pesan. Puedo distinguir entre su realidad y sus actitudes fingidas, totalmente frigidas. Ella con su novio a cuestas, con sus actitudes individualistas, con sus discursos poco creibles, ella misma, la que usa a mi papa y lo tiene a su merced. Fuiste de las que exigía a los demás lo que ni vos pudiste dar, querías una familia perfecta y nada de eso existe, te enfada, te saca de quisio que así sea. Puedo verlo, puedo verlo claramente. Mamá no duda en hacerte mierda si eso es necesario para satisfacer sus necesidades, ella siempre esta por ensima de todo lo demás. Casi abarcandolo todo. Finge ser simpática y llevar una vida perfecta, casi asquerosa, les hace creer a sus amigos que su casa, su pileta y su auto son solo un plus entre todo el amor y dedicación que le da a sus hijos. Miente, no se cansa de mentir, de mentirme pensando que me lo creo como ellos. Ella no sabe cuan bien conozco sus juegos malevolos, no sabe hasta que punto soy capaz de arruinar sus planes. Mamá cree que soy tonta, rara y gorda y que no veo a través de sus ideas superficiales. Siempre se equivoca, suelo ir un paso más adelante previendo sus jugadas. Su novio es una mierda aparte, que finge que le caigo bien con una facilidad poco creible, un tanto casi estúpida e sarcástica. Se apropio de mi casa, de las habitaciones, de todo lo que nunca le perteneció ni le pertenecerá. Ella tan sufrida por sus hijos, que no tuvo nada, que siempre le quitaron, que siempre hizo en virtud de otros, con esa actitud victimaria a cuestas que todos se cansaron de escuchar. Mamá con sus trabajos, creyendo que ella sabe bien lo que hace, que si se equivoca estaba meramente planeado. Estuve en tu panza, me tuviste en tus brazos, me pegaste muchas veces con tus manos, me gritaste con tu boca malhablada, la que odia mi cuerpo tanto como al suyo, me hiciste creer que habías cambiado y después de todo, siempre serás la misma que ha dejado marcas en mis brazos, la que me llama sin pudor " mala hija", la misma que tiene sus ataques de ira incontrolable, la que usará a papá (o mejor dicho, su bolsillo), la victima, la que tiene un novio weón de turno, la que siempre pero siempre quiere más de los demás.



Enfadada, casi asquerosamente desepcionada, de mi y de la vida en general. Deque soy la única idita que siempre da y luego la votan.
Nunca cambiarás. Siempre serás la victima. Siempre tendre este concepto de humano y yo un extraterrestre.
Ellos podrán creertelo pero yo ya no me como tus palabras ni me rebajaré a tus juegos.