Mi foto
Yo amo, Japan

Leéme


lunes, 14 de marzo de 2011

Me siento tan frágil en mi entera humanidad que no podría deducir si mis sentimientos de autodestrucción son parte del humano o solo míos.
Es como si yo hubiera nacido con otros fines pero a la vez con sentimientos tan encontrados: salvar a la humanidad pero destruirme a mí misma.
¿Dónde se haya la salvación en la muerte?
A veces pienso que en verdad soy un monstruo pero luego miro mi pureza, mi inocencia y no cabe en mí deseos de destrucción.
Me pregunto si en la fragilidad de mi alma se puede hallar un amor tan fiel y sumiso como el que siento. Es, incluso a veces, descolocado. Difícil de creer pero ahí está, luciéndose con intensidad.
¿Cómo hacer para ocultarlo? Creo que he pasado demasiado tiempo intentando no ser-yo.
Me he resguardado a través de los malos hábitos y del odio desmesurado hacia mí. Aún, detrás de aquélla máscara que intento hacer pasar como identidad, se encuentra el amor. Sencillamente es demasiado; habita en cada poro de mi estructura.
Me lleva a pensar: Esto es lo que soy.
No la idiota que hacia tiempo atrás intentaba matarse y reprimirse por no querer o poder entregarse al Destino de su vida que no es solo salvar al mundo sino a sí misma.
Desde mi asiento contemplo la noche.
Desde aquí contemplo mi vida conmigo.