
El correteo de la gente que gira de un lado hacia el otro, las figuras confusas y poco nítidas a la lejanía, los tacos que atentan contra el suelo, las ventanas abiertas que el viento logra golpearlas causando un susto cada vez que se encuentran los extremos de los marcos de las ventanas, abogados, gente que cree saber, gente que se entrega, gente que está y no sabe ni por qué. Y entre todos ellos estoy yo. Preguntas van y vienen, historias que contar, dolor en cada palabra. Creo haber pasado por esto unas cuantas veces anteriormente. Creo ya sabérmelo de memoria. Incluso creo saber qué tengo que responder para ganarme un lugar en su ínfima parte del corazón donde aún los sentimientos llegan. Es como la tercera vez que borro y vuelvo a escribir. Es como si realmente no supiera qué decir en este momento, al fin y al cabo soy humana, no puedo pretender saber todo en esta vida. Y al fin y al cabo debo reconocer que para lograr aquéllos grandes pasos hay que simplificar a la cuestión en sí y volverla en pequeños pasos. Solo así los grandes héroes han logrado llegar a lo más profundo de su conciencia: llegaron a encontrarse con ellos mismos.
Pd: Escrito de verano
Pd1: Volvi con fuerza y más locuras (: