Sol pegado a la ventana como la miel en las abejas.Sol que intenta infiltrarse por entre el oscuro vidrio de las lentes.Sol fuera de peligro; Cielo despejado y ninguna nube que lo amenace.Sueños americanos servidos en el desayuno que no alimentan solo nos hacen acordar lo seco y vacío que nuestro estómago está. Es así como comenzó mí mañana, me sentí sumamente rara, creo que estoy pasando por momentos muy raros. Primero, me pase casi todo un día entero en la calle, casa de rosa y con mis dos mejores amigas. Lastimosamente no estuvo Fiorella, ella la más madura del grupo. La pasé un poco bien. Sentí un gran alivio contarle todo lo que estoy pasando por este momento. Supuestamente ellas pasaron por eso, aunque aún no lo entiendo si lo hacen para hacerme sentir bien o porque son mis amigas. Ir a la Pj, fue excepcional , conocí a dos políticos muy importantes. Me di cuenta de muchas cosas, aún puedo seguir, tal vez mi carrera no sea la mejor. Pero podré ayudar a la gente o cuidar de mi medio ambiente. Luego, me puse a observar, mis zapatillas desgastadas de tanta calle y escuchar canciones que re-decoran nuestro interior una vez marcadas las 6 de la tarde, esas horas estancadas en la barrera esperando a un tren que nos llevaran. Mi cabello se hamacan junto al viento a medida que la velocidad del colectivo incrementa, delatando cuánto tiempo de callejeo y cuantas llegadas tarde al trabajo.4 de la tarde, sombras que se intentan apoderar del estado aún caótico de la ciudad y que se acobardan frente a los anteojos de sol y el bronceador solar sobre nuestros cuerpos.
Sí, sí, si lo sé solo un día más.

