viernes, 16 de diciembre de 2011
Me reencuentro con mi dolor, y esos llantos sin sentido parecen volver a
su lugar, incontrolables, donde siempre pertenecieron. Todos esos
recuerdos, empujando por sobreponerse uno sobre otro, peleando por ser
los motivos de mis lágrimas o se quedan, mirándome caer, mirando como
con un simple pantallazo me controlan. Y ya no solo me duele el alma, es
otro tipo de dolor, que calculo que va mucho más por debajo de mi piel.
Volviendo a esas viejas cosumbres autodestructivas porque lloro, lloro
porque echo todo a perder. Griselda tenía razón, todos me abandonan, me
lo merezco, se que tiene razón. Lastimo lo que soy y construí en este
tiempo al intentar dejar esas cosas que me dañaban el cuerpo y la cabeza
y vuelvo, vuelvo siempre donde comencé. Me doy asco a mi misma, me da
asco la comida y sobre todo esto, lo que más asco me da, es estar sola. Sola a niveles insalubres, irrescatable, perdida otra vez en el mismo laberito con más pasadizos interminables y menos luz.