Lo amo porque pinta a mis días malos y lo convierte en buenos. Lo amo, porque se que sino me entiende se vuelve un enojon. Lo amo, porque no me hace sufrir porque sí, porque algunas parte de él tiene la razón. Porque no me da obsequios, ni dibujitos, pero tiene mil datalles conmigo. Me gusta estar enamorada de él. Lo amo porque se que en las mañanas lo mataré a besos. Lo amo porque tiene carita de osito felposo. Lo amo, porque me gusta que cuando acabe el día, es la última persona a quién le escucho la voz. Sea por esto y por muchas cosas más, lo amo porque puede que nunca haya llorando tanto al querer, ni haya sentido tan rara. Pero tampoco había reído tanto, ni habia dado las gracias por existir el 8 o el 22. Ni habia hablado horas por las madrugadas, ni cantaba tanto en la ducha, ni sonreía solo con ver su foto. No habia escrito tantas incoherencias sin ningun vinculo de corrdinación aca.
Sea lo que sea, él ya no es una persona cualquiera