Aire, que acallas todo sonido.
Aire, envuélveme el cuerpo y fúndeme en tu tranquilidad.
Aire, pacífico y suave, rózame como quien sabe del odio en el amor.
Aire, rodéame con fuerza y en cada respiro hazme necesitarte.
Aire, permíteme pesar como la pluma de aquel poema que hoy en día sangra y duele.
Aire, cuéntame en mil y un silencios lo que nadie te quiera escuchar.
Aire, no me dejes volver a aquel infirmo en el que me condené a vivir.
Aire, róbame la pena y conviértela en lágrimas agridulces.
Aire, envuélveme como ningún cuerpo de hombre sabe hacerlo, hazme tuya en la virginidad y reaparéceme infiel a la soledad.
Aire, mezcla mi cansancio con tu esencia y sálvame del bochorno de ser quien soy.
Aire, vuelve silencio cada palabra que creas escuchar salir de mí y los demás.
Aire, apártame de todos y todo este mundo del revés.
Aire, te pido, no me dejes emerger.
No me dejes salir de esta eterna inmensidad.
