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Yo amo, Japan

Leéme


lunes, 8 de marzo de 2010






22 de Febrero, en el centro, con mi papá en una librería. Estaba buscando un poemario y papá tomó asiento en el único mostrador que había para leer un libro que se había comprado para el trabajo. Le deje trabajar. No encontré el poemario asique me senté al lado suyo y me miró con esos ojos tristes que detesto en él:
¿Sabes que quiero mi pareja y yo?- me dijo el hablando de lo más tranquilo
- No, no sé de qué me hablas. ¿Qué quieren?- le pregunté molesta por la pregunta
(Permaneció pensando un rato largo, buscado las palabras con precisión como se acostumbra en el)...Va desde lo más profundo hasta lo más superficial. Primero, que te quieras a ti misma por dentro, segundo que no te afecte ya más tu madre, y tercero, que seas feliz. Y...te prometo que yo haría cualquier cosa, basta con que me lo pidas que yo te lo doy si eso significa tu bienestar y tranquilidad. Si quieres que sea barrendero, lo soy, si ese es el precio de tu felicidad.
Justo cuando pretendí que iba a poder contestarle algo, se puso a llorar. Y no supe que hacer, no supe que comentar, no supe si abrazarlo o simplemente acompañarlo en el dolor. No sabía si irme a ver los poemarios y hacerme la tonta. La gente miraba y la verdad es que me daba igual que lo hicieran.
Elegiste un lindo, el mejor lugar para llorar pa (y le sonreí haciéndole reír)
- Si ¿no? Pero sabes que a los cincuenta uno ya se pone medio tonto y la verdad es que no puedo controlar la emoción cuando simplemente me viene al cuerpo.
- Está bien...(y le volví a sonreír, no iba a quebrarme enfrente suyo)
Y nos quedamos ahí, sentados, el disimulando no llorar y yo fingiendo una sonrisa para alegrarle. Detesto hacerle esto, hacerles a los dos esto. Detesto ser la razón de sus tristezas y decepciones.