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Yo amo, Japan

Leéme


viernes, 27 de noviembre de 2009


12: 45 de la noche ARGGG ! Si existe algo que me molesta, es que mamá realice citas a ciega con gente invitándola a mi casa. Sinceramente, me pone nerviosa y sobre todo me duele. Es decir, tiene una hija MUJER. Ella cree que puede juntarse con hombres creyendo que tiene 18 años como yo y tener sexo barato donde se pueda. No me suena ni me va a poder sonar coherente. Nunca. Es tan egoísta que pone las rosas que le regalan en la mesa del living para que alguien le pregunte "quien te las regalo?". Claro, mamá muy orgullosa va a decir que algún pretendiente que consiguió en la Net la hizo feliz con sus halagos y fantasías sexuales y puff!, lo invito a casa. Me cansa y me dan ganas de vomitar. A nadie le importo, ni a mis amigas ni a mi mejor amigo ni a mi familia. Tengo muchas ganas de llorar, aunque de hecho ya lo estoy haciendo. Necesito morirme ya. No quiero nada más. No quiero vivir para presenciar esta vida. No creo que valga la pena. Papa está de viaje en viaje, evitando lo inevitable. De aqui, alla. De alla a aqui. Me deja plata y se va. Siempre igual. No encuentro cosas para hacer, me entretengo encerrada en casa porque no quiero que me vean así. Mal, destrozada, sin alma ni ganas. Me mantengo alejada de la realidad con mis engaños, con mis mentiras. Con las que todos se creen. Ya no sé muy bien como terminar con todo esto, intento hacer algo con toda esta opresión que siento, pero nada me cura. Ni los remedios ni la ausencia ni presencia de muchos. Debe ser que estoy perdiendo la poca cordura que quedaba de mí.