
Esta mañana desperté emocionada con todas las cosas que tengo que hacer antes que el reloj sonara. Tenía responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo era escoger qué clase de día voy a tener y que tal doy mis argumentos. Hoy me pude haber quejado porque el día estaba caluroso o puedo dar gracias a Dios porque las plantas están siendo iluminadas. Hoy pude haber sentido triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia. Hoy pude haberme quejado de mi salud, pero pude regocijarme de que estoy viva. Hoy pude lamentarme todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba creciendo o puedo sentirme agradecida de que me permitieran haber nacido. Hoy pude haber llorado porque las rosas tienen espinas, pero pude celebrar que las espinas tienen rosas. Hoy puedo haber llorando porque sentí que él ya no es el mismo que hace meses, sin embargo puedo emocionarme y embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones. Hoy pude quejarme porque tuve que ir a la escuela pero vi el lado positivo y me dije que podía abrir mi mente enérgicamente y llenarla con nuevos y ricos conocimientos. Hoy pude murmurar amargamente porque tuve que hacer las labores del hogar, pero me sentí honrada porque tengo un techo para mi mente, cuerpo y alma. Hoy el día se presento ante mí, esperando a que yo le de forma y aquí estoy, SOY LA ESCULTORA. Lo que suceda hoy depende de mí, yo debo escoger qué tipo de día debo tener.